Arte noble
Pasión, precisión e innovación son las tres cualidades esenciales que destacan el genio creativo de Franck Muller. Desde hace más de veinte años, la historia de nuestros relojes está marcada por innumerables obras maestras y colecciones que aportan un estilo y un espíritu contemporáneos dentro del legendario universo del Arte de la Relojería.
En los talleres de Franck Muller Watchland, los relojeros tienen el privilegio de montar el movimiento en su totalidad. Es importante que cada pieza reciba la atención individual que requiere para que cada reloj de pulsera que sale de los talleres de Genthod pase la prueba del tiempo con distinción y que la excelencia del arte de la relojería pueda transmitirse de generación en generación. Muchos oficios artísticos son esenciales para la relojería y, en la Alta Relojería, se respeta su perfecto dominio. Franck Muller se esfuerza continuamente por perfeccionar y ampliar su investigación en cada uno de los componentes del reloj, perfeccionando constantemente el vínculo esencial entre las técnicas de vanguardia y la artesanía tradicional.
Así, los talleres de grabado de Franck Muller perpetúan este oficio tradicional, favoreciendo el saber hacer ancestral al respetar el trabajo totalmente manual, sin más intervención que el talento del artista y su herramienta.
Cada componente se convierte en "la" pieza del reloj cuando se contempla la belleza y la precisión en la creación y decoración de cada pieza. El grado de acabado y artesanía manual de los relojes Franck Muller y sus grandes complicaciones es ejemplar dentro de la industria. El cuidado, la paciencia y la atención que se presta a cada componente son tremendos. A veces, un decorador artesanal tiene que trabajar 20 horas en un solo componente. Aunque los componentes no sean visibles, es muy importante que el hermoso movimiento tenga un aspecto tan bello por dentro como por fuera. Este nivel de cuidado es lo que da a los relojes Franck Muller su identidad y su valor infinito.
